La obesidad en los perros en un tema que muchos dueños de perros parecen no darle importancia. Pero la tiene, y mucha. Es una enfermedad muy habitual en los animales de compañía. Se calcula que hasta el 52% de los perros tienen sobrepeso. Implica problemas de salud y disminución de esperanza de vida.
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Diferenciemos entre sobrepeso y obesidad.
Sobrepeso se considera cuando un perro supera en un 10% su peso ideal.
Obesidad es cuando supera el 20% de su peso ideal y existe un exceso de tejido adiposo (grasa) en el cuerpo. El peso ideal dependerá de la raza y el sexo, aunque en perros mestizos es más difícil de determinar. Hay que fijarse en las costillas, si son difíciles de palpar, si se les marca la cintura o no, si les cuelga la barriga.
En este gráfico se puede apreciar la figura del perro que va desde muy delgado a obeso.
Delgado

- Costillas: evidentes a la palpación
- Apófosis vertebrales: ligeramente cubiertas de grasa
- Pelvis-Abdomen: huesos visibles y cintura marcada
- Pliegue abdominal: claramente visible
Ideal

- Costillas: palpables sin demasiada grasa
- Apófosis vertebrales: poco visibles
- Pelvis-Abdomen: huesos poco visibles y cintura aún evidente
- Pliegue abdominal: visible
Sobrepeso

- Costillas: palpables con dificultad
- Apófosis vertebrales: con cobertura grasa difícilmente palpables
- Pelvis-Abdomen: huesos no visibles con cintura redondeada
- Pliegue abdominal: no visible
Obesidad

- Costillas: no palpables
- Apófosis vertebrales: no palpables totalmente rodeadas de grasa
- Pelvis-Abdomen: huesos cubiertos de músculo y grasa con prominente cintura redondeada
- Pliegue abdominal: no existente y abdomen laxo por acúmulo de grasa
El perro no nace obeso, se hace obeso. Unos de los causantes de la obesidad son los dueños, que son los que alimentan al perro y deciden su estilo de vida y actividad. Hay otros factores que también pueden influir en la obesidad: la edad del perro (a mayor edad, mayor tendencia a padecerla al aumentar sus depósitos de grasa y disminuir la masa muscular), predisposición por raza, sexo, algunas enfermedades (hipotiroidismo),
medicaciones que provocan polifagia (sensación imperiosa e incontenible de hambre que se presenta en determinadas enfermedades).
Hay determinadas razas con más predisposición a la obesidad: labrador, teckel, cocker, basset hound, beagle, king charles cavalier, etc.
Algunos estudios concluyen que los dueños obesos suelen tener perros obesos y que las personas mayores también suelen tenerlos por tener menos actividad física que influye directamente en el perro.
Evitar en la manera de lo posible esta enfermedad, porque la obesidad es una enfermedad y en gran parte está en nuestra mano prevenirla. Si nos dejamos llevar por nuestras emociones estamos perdidos o, mejor dicho, están perdidos.
Enfermedades derivadas
Entre las enfermedades derivadas del sobrepeso más comunes están:
- Alteraciones articulares y de la locomoción. Más del 24% de los perros obesos tienen problemas de locomoción tales como artrosis, artritis, hernias discales y rotura de los ligamentos anteriores cruzados. La causa es el sobreesfuerzo de las estructuras implicadas, unido a la disminución de la masa muscular.
- Dificultades respiratorias, sobre todo cuando hacen ejercicio. Se debe a la mayor cantidad de O2 que el perro necesita para oxigenar los tejidos existentes en exceso. Además, el exceso de depósitos grasos que rodea al tórax dificulta la expansión del mismo, aumentando el esfuerzo respiratorio, disminuyendo la eficiencia de la respiración y, en ocasiones, conduciendo a la hipoventilación. Estas alteraciones son reversibles cuando el animal adelgaza.
- Hipertensión. La tensión se incrementa con la obesidad y se reduce con la disminución de peso. La sobrealimentación produce una estimulación del sistema nervioso simpático, lo que contribuye al aumento de la incidencia de hipertensión y enfermedades cardiovasculares. La hipertensión aumenta el riesgo de enfermedades vasculares, cardiacas y renales.
- Insuficiencia cardíaca congestiva. Se debe a hipertensión, trabajo mayor del corazón para perfundir el exceso de masa tisular presente en la obesidad, debilidad cardíaca por infiltración grasa.
- Alteración de la función hepática por la lipidosis hepática.
- Reproducción. En los machos hay descenso de la testosterona e inviabilidad del esperma. Esta inviabilidad se debe al aislamiento térmico de los testículos por la grasa que los rodea. En las hembras hay aumento de las distocias.
- Disminución de la tolerancia al calor por las propiedades aislantes de la grasa. Esto contribuye a la irritabilidad del animal.
- Aumento de problemas de dermatosis.
- Aumento de problemas de neoplastias.
- Aumento de riesgo y de la dificultad quirúrgica. Los anestésicos son captados por el tejido adiposo y se necesita una mayor dosis de los mismos. Y la recuperación es más larga y peligrosa. Disminuye el metabolismo hepático y renal de los anestésicos, así como su excreción renal. Aumenta el riesgo de infecciones.
- Interferencias con problemas diagnósticos. como palpación, auscultación, Rayos X.
- Problemas de estreñimiento, flatulencia y úlceras por alteración de la función gastrointestinal.
- Disminución de la resistencia a las enfermedades infecciosas, ya que disminuye la inmunidad mediada por células. Además, la anorexia, bacteriemia e ictericia son más graves en los animales obesos.
- Alteraciones de la secreción de somatotropina.
- Alteraciones de la secreción adrenocortical.
- Aumento del riesgo de enfermedades óseas metabólicas y de deficiencia de vitamina D, probablemente por la disminución de la exposición a la radiación ultravioleta.
- Aumento del riesgo de diabetes. Siempre tienen elevados los niveles basales de insulina. Hay resistencia al efecto de la insulina. Si genéticamente están predispuestos a obesidad, también tendrán tendencia a padecer diabetes.
¿Te parece ya algo serio y no solo cuestión de estética?
Nuestras excusas como dueños
«Pobrecito, es que tiene hambre, y me mira con esos ojitos…» ¿Cuántas veces hemos oído esta expresión, a la vez que deslizan una chuche o un trozo de comida al perrete? Esta conducta es la que provoca tener un perro obeso y maleducado.
“Mi perro tiene siempre tiene hambre”. La mayoría de los perros parece que siempre tienen hambre, suelen ser glotones por naturaleza, siempre pueden comer más, pero eso puede ser debido a una mala alimentación que no le aporta los suficientes nutrientes, a la falta de ejercicio, a la ansiedad, aburrimiento y a malos hábitos. Se atribuye esta conducta al instinto de supervivencia, ya que originalmente, los perros y sus ancestros, cuando encontraban comida, aprovechaban para comerse todo porque que no sabían cuándo sería la próxima vez que pudiesen comer.
“Si sólo es una chuche pequeña, mal no le va a hacer”. Cuando nunca es solo una, son muchas. Si le das chuches, deberías reducir su ración de comida.
“No le voy a quitar la felicidad de verle disfrutar comiendo cosas ricas. ¿Acaso tú no comes cosas ricas?”. Ese momento de felicidad dura 1 minuto. En cambio, la dificultad para correr y jugar con otros perros debido a la obesidad , dura el tiempo que el perro siga obeso. No compensa ese minuto de “felicidad”. La comida humana suele contener aditivos, sal, azúcar,
ingredientes que el perro no metaboliza bien y perjudican su salud. Su sistema digestivo es distinto al nuestro.
Y así, muchas cosas más con las que nos auto-excusamos, haciéndonos creer que es por la felicidad del perro, cuando realmente es por la nuestra, por la satisfacción que nos da verle ese minuto de disfrute con la comida.

Qué hacer para prevenir la obesidad
Si eres consciente de que tu perro debe adelgazar, consulta a tu veterinario para que te aconseje la dieta que debe seguir tu mascota. Y si quieres prevenir la obesidad, hay cosas que puedes hacer.
- Lleva una pauta alimenticia ordenada. El perro tiene sus horarios de comida, si no se come su ración cuando se lo pones, retírale el plato y se lo vuelves a poner en la siguiente toma. Que tenga sus horarios hace que el estómago funcione mejor y las deposiciones sean regulares. Un perro que tiene comida a disposición todo el tiempo se vuelve caprichoso. Otros no quieran comen el pienso solo y únicamente se lo comen si le añades lata o algo jugoso para ellos: pollo, jamón, etc.
- Darle comida de calidad. Si le das pienso, que sea bajo en materia grasa, y que contenga los los nutrientes necesarios.
- Evitar premios y snack. Los premios y los snacks para la higiene bucodental suelen ser muy calóricos y poco saludables por su composición. Es mejor que inviertas un poco más en premios naturales y darle menos veces. De hecho, cuantos menos, mejor.
- No darle comida humana. Nosotros cocinamos con más condimentos y, aparte de no sentarle bien (su sistema digestivo es distinto al nuestro), suelen ser comidas más calóricas.
- Regular la cantidad de comida según la actividad. Si realiza mucha actividad, le puedes dar una ración generosa. Si es un día de poca actividad, reduce la ración.
- El perro debe hacer ejercicio con regularidad. Es mucho más efectivo media hora de correr para el perro y jugar, que dos horas caminando en correa. Cuanto más sobrepeso tiene el perro, más le cuesta moverse al perro y correr, estará más inactivo y engordará. Es una ciclo que hay romper.
Día a día veo que los perros obesos que disfrutan menos del juego con otros perros porque están pendientes todo el rato de si alguien le da una chuche o encuentran algo de comida en el suelo. Y cuando quieren jugar y correr detrás de otros perros, apenas les pueden seguir el ritmo, se cansan, se desaniman y abandonan el juego.
Si quieres que tu perro tenga mejor calidad de vida y tenga una vida más larga, cuídalo. No te dejes llevar sólo por tus emociones y sus caritas de felicidad momentánea, e intenta utilizar argumentos racionales.
Referencias
- Obesidad Canina: Repercusiones clínicas y factores relacionados. Doctoranda Cristina Peña Romera. Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, Facultad de Veterinaria. 2015
- Fat Facts on Cancer: Canine Obesity & Cancer Prevalence. Lisa P. Weeth, ACVIM 2008
- Association between life span and body condition inneutered client-owned dogs. Carina Salt, Penelope J. Morris, Derek Wilson, Elizabeth M. Lund, Alexander J. German. Journal of Internal Veterinary Medicine. 2018
- Manual de conocimientos veterinarios. ANACP (Asociación de Adiestradores Caninos Profesionales). 2011
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